Litha, 21 de junio. Solsticio de verano.
Por Laura Coletta
El solsticio de verano marca la noche más corta del año. Es el momento de máxima expansión de la Luz. El Sol está en su apogeo, pero al igual que en el solsticio de invierno, es el momento en que comienza su parábola descendente.
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El solsticio de verano marca la noche más corta del año. Es el momento de máxima expansión de la Luz. El Sol está en su apogeo, pero al igual que en el solsticio de invierno, es el momento en que comienza su parábola descendente.
La Iglesia ha superpuesto a esta celebración, que puede remontarse incluso al Neolítico, la fiesta de San Juan Bautista. A pesar de ello, no ha menoscabado la tradición de recolectar las hierbas que se encuentran ahora en el apogeo de su poder balsámico. La Diosa Madre está preñada, al igual que la tierra está preñada de la próxima cosecha, de la que partirán las próximas vueltas de la Rueda, y que seguirá alimentando a todos los seres vivos.
Litha se considera una de las noches más mágicas del año. La gente lo celebra con música y bailes, recoge plantas realzadas por la Luna y bañadas en rocío, y ofrece regalos a las Hadas y a la Gente Pequeña. Asociada en el pasado a las brujas y demonizada por la Iglesia, ha perdurado a lo largo de los siglos, transmitiendo gestos y rituales que nos conectan de nuevo con la naturaleza y nuestra historia como parte de sus ciclos. El tema central es el de la manifestación y la plenitud de la realización, que también podría equipararse al término "magia".
Ritual de preparación del Nocino
¿Qué necesitas?
Esta receta requiere 12 nueces inmaduras con cáscara (el número varía según las tradiciones y los simbolismos), 5 clavos, 3 canelas en rama, 1 nuez moscada, 1 litro de alcohol de 96°, ½ litro de agua, ½ kilo de azúcar y uno o varios ingredientes "secretos" de su elección (cáscara de limón, anís estrellado, granos de café, enebro, raíz de regaliz… ), cesta forrada de tela, cuchillo, recipiente grande de cristal con tapón, vela, flores y hierbas o incienso.
Prólogo
Litha es la fiesta de la magia. Hay muchos rituales para la noche a la que Shakespeare dedicó una obra maestra como Sueño de una noche de verano. Este ritual es un homenaje a la leyenda del Nocino de Benevento. El nocino es un licor de nogal cuya elaboración sigue siendo hoy en día un ritual. No te encontrarás con la Reina de las Hadas, pero preparándolo con intención y presencia obtendrás tanto un sabroso licor como un elixir especial para ti y tus seres queridos.
¿Cómo hacerlo?
Colocar previamente el recipiente, los aromas, el alcohol y el cuchillo en tu espacio sagrado.
En la noche del 23 al 24 de junio, recoger las nueces inmaduras directamente del nogal, colocándolas suavemente en la cesta.
Si la recolección tiene lugar después de la puesta de sol del día 23, deja la cesta con las nueces fuera toda la noche para que se impregne del rocío de San Juan. El mismo que impregna la guazza (rocío especialmente copioso) y con el que nuestros antepasados se lavaban al amanecer.
Si la colecta tiene lugar al amanecer del día 24, procede lavándote la cara y las manos con rocío, guazza o agua fresca.
Coloca la cesta en el altar. Prende la vela, el incienso y/o las hierbas.
Reflexiona. ¿Qué es lo mágico para ti? ¿Qué quieres impregnar en tu elixir?
Con gestos lentos y concentrados, corta las nueces por la mitad a lo largo, luego divídelas por la mitad a lo ancho: cada nuez en 4 trozos. Carga tus gestos de intención y energía.
Introduce las nueces, los aromas y el alcohol en el recipiente. Tápalo y gíralo para mezclar el contenido.
Déjalo al sol todo el día, girándolo de vez en cuando. Retíralo por la noche. Decide si lo expones al sol durante los próximos 10 días o los 40 previstos, en función de tus intenciones.
Al final del ritual, apaga la vela y limpia el espacio sagrado de accesorios que ya no sean útiles.
Si eliges la primera opción, déjalo reposar durante los 30 días restantes en un lugar oscuro y seco, moviéndolo con frecuencia.
El día 40, vuelve a encender la vela en el espacio sagrado aunque estés en otro lugar, y filtra el macerado con presencia.
Calienta ½ kg de azúcar en ½ l de agua hasta que se disuelva. Varía las dosis según sea necesario. Una vez frío, añade el jarabe al líquido colado y embotéllalo.
Reposará otros 40 días. No tengas prisa, este elixir está destinado a llevar el sol del verano a las mesas de Yule.






