Mabon, 21 de septiembre.

Estamos en el equinoccio de otoño, tiempo de la cosecha en que disfrutamos del alimento que sembramos a lo largo del año y lo compartimos generosamente en una gran fiesta de alegría y amistad.

Mabon, también conocida como Modron o Casa de la Vendimia es una fiesta que, como las coloridas hojas de otoño, expresa matices de diferentes emociones: gratitud, esperanza, melancolía... buscando el equilibrio de cada expresión. Corresponde al Equinoccio de Otoño y es el momento de la segunda vendimia, la de la uva, con el comienzo de la recogida y almacenamiento de provisiones y víveres para el invierno.

La Diosa realiza el viaje al Inframundo para alcanzar al Dios, que se ha convertido en el Señor Oscuro de la Muerte y el Renacimiento. En la Antigüedad, se celebraban en esta época los Misterios de Eleusis, que hacían referencia al descenso de la diosa Perséfone a los infiernos y al consiguiente sueño de la Tierra. En el cristianismo, la festividad más cercana a esta fecha es la Exaltación de la Cruz. La cruz es un símbolo muy antiguo, anterior al cristianismo. Es un símbolo solar, vinculado al espacio y al tiempo, y puede asociarse a los cuatro momentos cambiantes del año, los solsticios y los equinoccios.

Es la fiesta del agradecimiento. En esta época, los ciclos de producción y reproducción han llegado a su fin: las hojas vuelven a la tierra tras un último baile de belleza y los animales se apresuran a aprovisionarse para los meses de invierno, regresan de los pastos, las golondrinas y las aves migratorias nos dejan un cielo más vacío y menos gárrulo.

Es una época de equilibrio. En el equinoccio, la luz y la oscuridad se reparten el día a partes iguales, pero la luz sigue disminuyendo en favor de la oscuridad. Es el momento de hacer balance: ¿qué hemos sembrado? ¿Qué hemos cosechado? Agradezcamos siempre lo que hemos recibido y demos gracias a la Gran Madre Tierra por la abundancia de dones que nos ha concedido a todas y todos. Mientras reflexionamos sobre nuestra cosecha interior y personal y cerramos lo ya realizado, echemos ya un vistazo a la "siembra" de nuevos propósitos para la nueva Rueda.

El tema principal es el agradecimiento por lo que se ha recibido, tanto en la esfera material como en la espiritual, y al mismo tiempo soltar lo que hay que dejar para preparar el nuevo giro de la Rueda.

Ritual para equilibrar la balanza

¿Qué necesitas? 

Una balanza de dos brazos* previamente elaborada, 2 montones de piedritas de colores opuestos o canicas, una vela, incienso o hierbas para quemar, frutas de temporada y símbolos para decorar la zona sagrada, música al gusto. 

*Para hacer la balanza necesitas una lata de conserva, pegada con cola caliente por el contorno de la altura a una base de cartón y con un agujero en el centro del lado opuesto al que puedes sujetar, con un clip o un clavo largo, una tira de cartón rígido o una varilla, en cuyos extremos pegas dos latas de atún o dos tarros de yogur. Puedes decorarlo y embellecerlo con un tema otoñal. Procura que la tira o varilla esté colocada de forma que quede equilibrada, sin clavarse, y pueda así balancearse. 





¿Cómo hacerlo?

  • Haz la balanza y prepara la zona sagrada decorándola con frutas y símbolos de abundancia. Coloca la balanza en el centro del altar.

  • Enciende la vela y el incienso. Ahora concéntrate sólo en ti misma, ralentiza y profundiza tu respiración.

  • Medita sobre la abundancia que otorga este momento de cierre de la Rueda del Año. Da gracias por lo que está presente en el altar y en tu vida.

  • Come una de las frutas presentes con gusto y gratitud.

  • Tómate otro momento para ti. El equinoccio de otoño es un momento de equilibrio y balance. Reflexiona sobre este año que termina, lo que has conseguido y lo que queda atrás, lo que quieres recordar y lo que quieres dejar ir, y así con todos los opuestos que se te ocurran. 

  • Asocia a un grupo de piedritas del mismo color el significado de "sombra" y al otro el de "luz".

  • Para cada piedra "sombra", haz coincidir un elemento de tu balance personal que represente tus fracasos, penas, decepciones, etc. y colócalo con cuidado en uno de los platos. La balanza debe desequilibrarse. 

  • Coloca en el otro plato un guijarro del color opuesto, asociado a la "luz" y a los elementos de tu balanza que desees celebrar o agradecer.  

  • Procede teniendo cuidado de mantener la balanza equilibrada, "luz" y "sombra" se equilibran.

  • Da las gracias por esta danza entre opuestos y por el equilibrio alcanzado. Sin duda ha sido un viaje rico y transformador. ¿Estás preparado para un nuevo giro de la Rueda?