Ostara, 21 de marzo: el Equinoccio de Primavera

Por Laura Coletta

El Equinoccio de Primavera es un momento de equilibrio, en el que el día y la noche tienen la misma duración, siendo el tema central el de la Vida potencial que se manifiesta ahora en la fertilidad de la tierra.

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El Equinoccio de Primavera es un momento de equilibrio, en el que el día y la noche tienen la misma duración, siendo el tema central el de la Vida potencial que se manifiesta ahora en la fertilidad de la tierra. El comienzo de la primavera corresponde a la celebración del despertar de la Naturaleza, que estalla en colores, cantos y aromas. Los proyectos están listos para ponerse en marcha y es hora de volver a salir y pasar más tiempo al aire libre.  Incluso las personas que viven en la ciudad sienten la llamada de la vida fuera de los muros de sus casas. Es la hora del Hombre Verde del bosque, joven y salvaje. El invierno ha quedado atrás y hay que dejar espacio a lo nuevo: la vida se regenera, la naturaleza se viste de plantas y brotes tiernos, de flores coloridas y fragantes, en el aire se entrecruzan los vuelos de las golondrinas y otras aves que regresan de la migración. El sol, cada vez más fuerte, se eleva más alto cada día sobre el horizonte.

La Diosa doncella se prepara para su inminente unión con el Dios, que tendrá lugar en Beltane. Asistamos a este momento llenas de vitalidad, despertemos en nosotras el poder de la renovación, mientras la Diosa y el Dios, en la plenitud de su juventud, fuerza y gracia, danzan en un cortejo que revive y vivifica toda la Naturaleza.

El símbolo más conocido de este momento y de esta celebración es el huevo. Hoy tenemos el de chocolate, pero en algunos países aún existe la costumbre de decorar o tallar las cáscaras de los huevos (era la época en que las gallinas volvían a poner huevos) y ofrecerlos como señal de buena suerte y prosperidad. El tema principal es el renacimiento y la renovación plenos.

Ritual de bienvenida a la primavera

¿Qué necesitas?

Ropa en tonos pastel, perfumes, pétalos de flores, flores para decorar, cuenco de leche (puede ser leche animal o vegetal), galleta de huevo, farolillo con vela.

El ritual debe realizarse en la naturaleza por la mañana, en presencia de un árbol al que dejar las ofrendas. Si no es posible, recrea un espacio sagrado, donde puedas moverte con facilidad, colocando flores, plantas, ramas, piedras, y en el centro una plantita que recibirá las ofrendas. Puedes preparar la zona con antelación decorándola con un tema primaveral. Dirige tu ofrenda hacia el Este.

¿Cómo hacerlo?

  • Una vez preparada la zona, en casa o en la naturaleza, dedícate a tu bienestar. Báñate, ponte ropa de colores como túnicas sagradas, embellécete, maquíllate y perfúmate. Encarna las energías de la Primavera. 

  • Dirígete hacia tu espacio sagrado entrando por el Este y, tanto si estás en el interior como en el exterior, enciende una vela y llévala solemnemente y en silencio hacia el centro, haciendo giros en espiral, en el sentido de las agujas del reloj, cada vez más cerrados. 

  • Ten cuidado al colocar la vela, sobre todo si estás en la naturaleza. Una vez colocada, ve hacia atrás y sal silenciosamente hacia el este.

  • Si estás en el interior, pon una canción con pájaros o sonidos de la naturaleza. Si estás en el exterior, no tapes la voz de la Naturaleza. Observa y escucha.

  • Coge la cesta con pétalos de flores. Entrando por el este, muévete libremente por el espacio sagrado, lanzando alegremente los pétalos al aire y girando con ellos. 

  • Baila, imita las aves y mariposas o las flores que brotan de la tierra, escucha el canto de los pájaros, el zumbido de las abejas, siente las ráfagas de viento, el aroma de las flores. Mueve tu cuerpo con alegría, siguiendo los movimientos que surjan en tu interior. Si estás en casa, ayúdate de la visualización.  

  • Expresa tu gratitud a la Primavera. 

  • Cuando hayas recorrido todo el espacio sagrado con tu danza, detente, recógete un momento y trae las ofrendas de leche y galletas.

  • Solemnemente, volviendo desde el este, en espiral en el sentido de las agujas del reloj, acércate al centro, a la planta o al árbol, según el caso.

  • Arrodíllate y da gracias con palabras de corazón a la llama de la Vida que siempre se renueva. La primavera estaba allí, dormía en el corazón de la tierra, pero mantuvo su promesa de volver. 

  • Agarra la galleta y rómpela. Cómete un bocado, el resto desmenúzalo y ofréceselo al árbol o planta. 

  • Ahora toma la leche, bebe un sorbo y ofrece el resto.

  • Permanece un rato en silencio, luego levántate y sal bailando hacia el oeste.

  • Si no hay peligro, deja que la vela se consuma.